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No te pierdas el Puente Romano de Pollença

Pollença tiene una mezcla perfecta entre historia, paisaje y encanto mediterráneo que hace que cualquier paseo se convierta en un viaje en el tiempo. Y justo ahí, escondido entre calles tranquilas y rodeado de vegetación, te espera uno de sus tesoros más curiosos: el Puente Romano de Pollença.

Quizá no sea el monumento más imponente de la isla, pero sí uno de los más auténticos. Un rincón cargado de historia que resiste, piedra a piedra, el paso de los siglos. Si estás por el norte de Mallorca, este es uno de esos lugares que merece la pena incluir en tu ruta. No solo por lo que ves, sino por todo lo que le rodea.

ÍNDICE

El Puente Romano de Pollença

Vamos con un poco de historia. El Puente Romano de Pollença —conocido también como «Pont Romà»— debe su nombre a su apariencia y antigüedad; y aunque no está confirmado al 100% que sea de época romana, algunos estudios apuntan a que puede ser medieval y que se habría construido sobre una base mucho más antigua.

Lo que sí está claro es que ha servido durante muchísimos como punto de paso sobre el torrente de Sant Jordi, facilitando el acceso a la villa desde el este.

Su estructura es robusta y muy sencilla, no te vamos a engañar; tiene dos arcos de medio punto construidos en piedra, perfectamente integrados en el paisaje y conservados con mimo.

Y aunque ya ha pasado por varias reformas, se mantiene en pie como símbolo de conexión, resistencia y, sobre todo, de identidad para los mallorquines.

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Cómo llegar al Puente Romano de Pollença

Llegar hasta el Puente Romano de Pollença es muy fácil, sobre todo si ya estás en el pueblo o te alojas bien cerca. Puedes ir caminando desde el centro histórico, en un paseo de unos 10 minutos. Solo tienes que seguir las indicaciones hacia el Camí del Pont Romà, una ruta peatonal tranquila que te lleva directo al puente.

Si vienes en transporte público, hay autobuses que conectan Pollença con otras localidades como Alcúdia o Palma. Desde la parada principal del pueblo, llegarás al puente en un paseo corto y agradable.

Y ojo, que si vienes en coche hay dos opciones. Puedes aparcar en el casco antiguo y caminar hasta encontrártelo, un recorrido fácil, plano y rodeado de naturaleza, ideal también para ir con niños o incluso en bici.

Aunque la segunda opción es mejor aún, puedes descubrir Pollença al revés, desde el Puente Romano hacia el centro. Justo a su lado encontrarás un gran aparcamiento de tierra, ideal para dejar el coche y empezar tu visita.

Desde ahí, en apenas 10 minutos caminando, llegarás al casco histórico. El recorrido es sencillo y muy agradable. No es ningún secreto que Pollença es uno de los pueblos más bonitos de Mallorca.

Y ya en el corazón de la ciudad, te esperan paradas imprescindibles como el Museo de Pollença, con colecciones de arte contemporáneo y piezas arqueológicas; la galería Dionís Bennàssar, ubicada en la antigua casa del pintor; la Torre Desbrull, una estructura defensiva que aún conserva su aire medieval; la Plaza Mayor, perfecta para hacer una pausa en alguna terraza; y, por supuesto, el Puig del Calvari, con sus famosos 365 escalones que te llevan hasta una iglesia con unas vistas que quitan el hipo.

Empezar por el puente es una forma natural y simbólica de entrar en Pollença y de hacerte una ruta sencilla, auténtica y llena de pequeños grandes momentos.

Qué más puedes ver alrededor del Puente Romano

Más allá del propio puente, esta zona de Pollença guarda rincones idóneos para pasear tranquilamente y, de paso, perderte un rato entre naturaleza e historia.

A muy poca distancia se encuentra el Camí de Ternelles, una ruta de senderismo suave que atraviesa uno de los paisajes más genuinos del norte de Mallorca. Si te apetece algo más cultural, puedes acercarte al Claustre de Sant Domingo, un antiguo convento reconvertido en centro de arte, donde suelen organizarse exposiciones y eventos culturales a lo largo de todo el año.

Y si tu visita coincide con un domingo —de 9:00 a 13:30 h h—, no te pierdas el mercado semanal de Pollença. Durante esta jornada, la Plaza Mayor se llena de encantadores puestos de productos locales, artesanía, música y ese ambiente mallorquín del que no podrás escapar. Aquí podrás tomarte un zumo recién exprimido, picar algo, probar gran parte de la gastronomía típica de Mallorca y llevarte algún recuerdo.

Desde esta zona también puedes enlazar fácilmente con otras rutas de Mallorca y explorar alguno de los mejores miradores de la isla y sentarte a disfrutar del entorno. Porque a veces, lo mejor que puedes hacer en un lugar como este es no tener prisa.

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¿Por qué visitar el Puente Romano de Pollença?

A priori puede parecer un simple puente, pero como ves, es mucho más que eso. Es una puerta a la historia de Mallorca y visitarlo es mirar al pasado por un rato y disfrutar de un rincón que te conectar con el pasado y el entorno rural de la isla.

Además, está tan cerca del centro del pueblo que no hay excusas para no acercarte. Puedes dejar el coche en el aparcamiento que hay justo al lado y desde ahí empezar tu ruta a pie por los 12 lugares más increíbles que ver Pollença.

Y si decides quedarte por la zona, mejor todavía. En nuestra web encontrarás alojamientos con mucho encanto a pocos minutos del puente: desde fincas enteras ideales para desconectar, hasta chalets o casas rústicas con piscina para disfrutar del entorno con todas las comodidades.

¡Venga! Si quieres descubrir el norte de Mallorca, anota este rincón en tu lista y ve preparando tu viaje con Ideal Properties.