Si tienes en mente visitar Mallorca y en concreto Pollença, tienes que pasarte —sin excusa— por el Santuario o Santuari del Puig de María, un imponente edificio situado en lo alto de una colina que tiene unas vistas privilegiadas de Pollença y de sus alrededores.
Una excursión auténtica que incluye un paseo por la montaña, el disfrute de la mejor de las arquitecturas y también de la devoción, algo que solo podrás encontrar en el Santuario del Puig de María de Pollença.
¡Te contamos más sobre él!
La historia del Santuario del Puig de María de Pollença
Si alguna vez te has preguntado cómo era la vida en Mallorca hace siglos, este santuario te pondrá en contexto. Está 330 metros de altura, es la construcción que domina el horizonte del norte de Mallorca y también un lugar de referencia tanto para locales como para turistas que quieren explorar la parte más rural y mística de la isla. Aquí, la historia, la naturaleza y la espiritualidad se encuentran de una manera inexplicable, ofreciéndote una experiencia auténtica que pocas veces se puede vivir en los destinos turísticos al uso.
Además, el Santuario del Puig de María tiene una historia fascinante que data del siglo XIV. Fue construido en una época en la que Mallorca y el resto de Europa se veían azotadas por la Peste Negra que arrasó con un 20% de la población. En medio de tanta incertidumbre y sufrimiento, el Puig se convirtió en un lugar de refugio espiritual, donde los habitantes de la región podían encontrar consuelo y esperanza.
Durante años, el santuario también tuvo una función defensiva. Desde la cumbre, se podía vigilar el horizonte en busca de posibles ataques de piratas o invasores, y en los tiempos más difíciles, el santuario fue un lugar seguro para los habitantes de la zona.
Con el paso del tiempo, el lugar evolucionó y se convirtió en un convento donde las monjas vivían en comunidad, trabajando la tierra y cuidando del santuario. Esta vida autosuficiente duró hasta principios del siglo XX, cuando la última comunidad de monjas dejó el lugar. A día de hoy, el santuario se ha convertido en un lugar de peregrinación y visita turística, pero mantiene intacta su esencia de recogimiento y tranquilidad y eso es algo que vas a poder apreciar nada más llegar.
Cómo hacer la caminata hasta la cumbre
Has leído bien, para llegar hasta el Santuario del Puig María hay que caminar. El punto de partida es el encantador pueblo de Pollença, desde el que te adentrarás en un paisaje que parece salido de un cuento. La ruta de subida está bien señalizada y, aunque no es especialmente difícil, es recomendable que lleves calzado adecuado, ya que el sendero está empedrado y puede ser resbaladizo en algunos tramos.
La ruta hasta allí es de aproximadamente 2,5 km y te llevará entre cuarenta y cinco minutos y una hora y media recorrerla, dependiendo de tu ritmo y de cuántas veces te pares por el camino para disfrutar del paisaje, reponer fuerzas o hacer fotos.
Y una vez llegas a la cima, la recompensa es doble: por un lado, el imponente santuario con su encanto rústico y, por otro, las espectaculares vistas de la bahía de Alcúdia y de Pollença. No hay mejor manera de entender la geografía de Mallorca que desde un punto elevado como este. Verás el valle, los picos de la Serra de Tramuntana y también el mar a lo lejos. Aunque lo más llamativo es la austeridad de las construcciones: muros de piedra gruesa, pasillos estrechos y patios sencillos que, lejos de ser opresivos, tienen mucho encanto.
En el corazón del santuario te toparás con la capilla, un pequeño lugar de culto donde aún se celebran misas de vez en cuando, y también con varios servicios básicos como baños, un área recreativa con mesas e incluso un servicio de bar y restaurante que además ofrece alojamiento.
Mejor época para visitar el Santuario del Puig de María
Aunque el Puig de María se puede visitar durante todo el año, hay ciertos momentos que lo hacen especialmente encantador. La primavera, con sus temperaturas agradables y los campos llenos de flores, es sin duda una de las mejores épocas para subir. La naturaleza está en su máximo esplendor y el calor no es todavía tan intenso como en pleno verano.
Otro buen momento es el otoño, cuando los tonos dorados y rojizos de las hojas crean un paisaje espectacular y la brisa fresca hace que la caminata sea muy placentera.
Pero ojo, que el verano también tiene su encanto, especialmente si decides hacer la caminata a primera hora de la mañana o al atardecer. Eso sí, si decides visitarlo en pleno verano, es imprescindible que lleves agua suficiente, un sombrero y protector solar, ya que el calor puede ser muy intenso.
El invierno, aunque es más frío, ofrece una experiencia totalmente diferente. La tranquilidad del lugar se acentúa y la falta de turistas hace que la visita sea mucho más íntima. Eso sumado a que las temperaturas en Mallorca en invierno suelen ser suaves, lo convierte en una buena opción.
Ven a visitar el el Santuario del Puig de María
Visitar el Santuario del Puig de María es más que una simple excursión; es una inmersión en la historia, la naturaleza y en la espiritualidad de Mallorca. La caminata hacia la cima te lleva a través de un paisaje precioso, lleno de vida y color y te recompensa con unas vistas espectaculares que hacen que el esfuerzo valga la pena.
Desde allí, tienes una perspectiva completa de la región de Pollença, con sus valles verdes, el azul profundo del mar y las imponentes montañas de la Serra de Tramuntana al fondo. En un día claro, se pueden ver incluso algunas de las pequeñas islas que rodean Mallorca
Así que tanto si estás cerca de Pollença como si no, tienes que venir a conocer el Santuario del Puig de María. Es más, si echas un vistazo a todo lo que tiene que ofrecerte este lugar igual decides alojarte aquí. La ciudad tiene un casco histórico precioso y un montón de eventos como la Feria de Pollença o las fiestas de la Patrona de Pollença y geográficamente está a tiro de piedra de las mejores playas y miradores de Mallorca.
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